
@jordicohen. Pamplona .
Corría el año 2006 y yo empezaba a interesarme cada vez más por la fotografía, ya era el tercer año que hacía fotos de San Fermín, con lo cual decidí acreditarme para el encierro. Me costó dios y ayuda conseguirlo, ya que no representaba ningún medio y no había publicado nada.
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El día 6 de julio me lo había pasado deambulando por Pamplona y gastando tarjetas fotografiando el Txupinazo y todo lo que sucede después. Me llamó la atención la presencia de una señora pequeñita, de ojos saltones, rondando los 60, cargando con una reflex potente. Enseguida pensé que era una aficionada a la que sus hijos le habían regalado cámara nueva y lo estaba pasando de miedo.
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Al día siguiente, más feliz que nadie con mi acreditación para vallado, me dirigí a la curva de Estafeta con Mercaderes, la más mítica, y por supuesto por la que me apetecía empezar. Madrugué mucho, para coger un buen lugar, pero la inexperiencia y las artimañas de los fotógrafos veteranos de la curva me relegaron a que mi único sitio debería ser el suelo, que por otro lado es un buen lugar para la foto “artística”, sobretodo si resbala algún toro, hecho cada vez menos común por el antideslizante utilizado últimamente.
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Pues allí estaba yo tirado en el suelo, cuando me di cuenta de que la señora que había visto el día anterior estaba a mi lado. Ella era más precavida y llevaba un cartón para no ensuciarse. Faltaba ya muy poco para que dieran el pistoletazo de salida al encierro y la buena señora me preguntó a que velocidad debía tirar, a lo cual yo amablemente le respondía que creía que no a menos de 1/500 para asegurar congelar la imagen. Ella me dio las gracias. No nos dimos cuenta y los toros pasaron a toda leche. Ella me comentó que no tenía nada, yo con toda mi ilusión le dije que tenía una foto que creía que no estabas mal (la de arriba), pero bueno que no había habido nada especial, ni había resbalado los toros ni había pasado nada especial. Con esto nos despedimos.
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Al cabo de unos meses yo estaba “googleando” y mirando información sobre Vudú en Haití, otro de los temas a los que más pasión he dedicado, cuando de repente me di cuenta que la imagen de la señora de la Curva de Estafeta coincidía con la de Cristian García Rodero. Toma ya! La fotógrafa que yo admiraba y que había inspirado parte de mis trabajos (de la que nunca había visto su foto) era la misma que me pedía consejo en San Fermín, pensé …menuda cachonda! Y yo, menudo ignorante y desconocedor de los fundamentos históricos de la fotografía (cosa que me sucede a menudo aún)!
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Al cabo de unos años coincidí con ella en un Evento y le comenté la anécdota y nos reímos bastante!